martes, 25 de marzo de 2008

Maestros de Bolivar

Andres Bello: (Caracas, 1781 - Santiago de Chile, 1865) Filólogo, escritor, jurista y pedagogo venezolano. Interesado desde muy joven por la lectura de los clásicos y educado en la filosofía enciclopedista, Andrés Bello completó su formación con estudios de literatura, filología y derecho, que sin embargo no pudo terminar por falta de recursos; fue esencialmente un autodidacta de altísima capacidad intelectual.

Bello es la figura más representativa del avance cultural chileno e hispanoamericano de la primera mitad del siglo XIX. Admiró y siguió la poética libertaria de Victor Hugo y Lord Byron. Fue un decidido defensor de la pureza y propiedad del idioma castellano y, aún así, acogió los giros populares en la medida en que éstos no chocaran con los términos castizos en uso. Se dedicó un tiempo a la enseñanza privada, y tuvo como discípulo a Simón Bolívar. Le dio tiempo también a practicar la creación poética, en la que mostró una fuerte influencia neoclásica.

A raíz del comienzo del proceso independentista en 1810 (Independencia de la América Española), Andrés Bello se trasladó a Londres en calidad de secretario de los delegados de la Junta de Gobierno venezolana, Simón Bolívar y Luis López Méndez, gestores del apoyo o la neutralidad del gobierno inglés frente a la Revolución. Contrae allí matrimonio con María Ana Boyland quien murió prematuramente dejándole dos hijos, Carlos y Francisco.

Los reveses del movimiento emancipador y su nueva responsabilidad familiar lo colocaron en una difícil situación económica que pudo subsanar en parte gracias a la enseñanza del latín y francés, idiomas que había estudiado con dedicación. Volvió a casarse con Isabel Antonia Dunn, de quien tuvo numerosa descendencia.

En 1822 comenzó a trabajar en la Legación de Chile y luego en la de Colombia. A pesar de sus infortunios económicos, su actividad intelectual fue intensa en esos años: se relacionó con escritores y pensadores, estudió griego, colaboró en periodismo y revisó documentos de distinto tipo.
En 1823, junto al colombiano García del Río, publicó la revista Biblioteca Americana o Miscelánea de Literatura, Artes y Ciencias y, en 1825 la revista Repertorio Americano, ambas para difundir los sucesos y la cultura de Hispanoamérica. Allí aparecieron sus artículos y poemas bajo el título genérico de Silvas Americanas, Alocución a la Poesía -fragmentos de un poema sobre América- y la famosa oda Agricultura de la Zona Tórrida. La situación de su país estaba lejos de mejorar y Bello no podía regresar, así que ofreció sus servicios a Chile y aceptó la petición del embajador Mariano Egaña -hijo de Juan Egaña- hecha a nombre del presidente Pinto, de ocupar el cargo de Oficial mayor del Ministerio de Relaciones Exteriores, después de permanecer dieciocho años en Inglaterra.

En 1829, a los 47 años de edad, se estableció en Chile. Desde su nueva posición, Bello inició una fecunda labor intelectual, cultural y política que dejaría profundas huellas en el país. Fue rector de la Universidad de Chile a partir de 1843, cargo para el que fue reelegido tres veces consecutivas. Fue también senador en 1837 y 1855 al tiempo que se constituía en redactor fundamental del Código Civil chileno, basado en el napoleónico. Publicó, también, varias obras de jurisprudencia y derecho internacional.
Andrés Bello fue también director y redactor de El Araucano, periódico ministerial fundado por Diego Portales en 1830, en el cual publicó numerosos artículos de educación, filosofía y teatro. En 1842 polemizó con el rioplatense Domingo Faustino Sarmiento sobre cuestiones de lengua, estética y política. Se ocupó del lenguaje a través de numerosos estudios. Sobresale su Gramática de la Lengua Castellana (1847), que le valió ser designado miembro correspondiente de la Academia Española de la Lengua, y su Ortología y métrica, los dos trabajos más originales que se han realizado en nuestro idioma sobre esta materia. Escribió también un comentario a El Criterio de Balmes, y un estudio sobre El Cantar de Mío Cid.

En 1843 comienza a publicar en la revista El Crepúsculo su obra Filosofía del entendimiento, que sólo aparecería publicada completa después de su muerte, en 1881. Pensada como libro de texto, pero elaborada de forma innovadora, tiene como objeto de investigación un campo mucho más amplio que el mero entendimiento humano, puesto que en él incluye hasta la metafísica.

Simon Rodrigez: Pedagogo y escritor venezolano, nacido en Caracas en 1771 y fallecido en Amotape, Perú, en 1854. Maestro de Simon Bolivar, sus inquietudes e ideas reformadoras influyeron poderosamente en la formación de El Libertador, según él mismo reconoció.

Simón Rodríguez se llamaba realmente Simón Carreño Rodríguez, pero prescindió del primer apellido a raíz de una desavenencia con su hermano Cayetano, músico de profesión. Por sus actividades conspiradoras, tuvo que emigrar en 1794 y cambió su nombre (Samuel Róbinson). La teatralidad de su existencia contrasta con su sentido estricto de la honestidad y la trascendencia renovadora de sus ideas pedagógicas y sociales.

Tuvo a su cuidado la educación del niño Simón Bolívar hasta los catorce años, y en 1804, cuando el maestro se encontraba en Viena, se le presentó el discípulo, que lo acompañó por Europa. Se dice que desde el Monte Sacro, en Roma, Simón Rodríguez hizo jurar a su discípulo que dedicaría su vida a luchar por la independencia de su patria. Sea ello cierto o no, forma parte de la teatralidad ritual que tanto influyó en el alma de Bolívar.

Padre Andujar: General y político nacido en Cúcuta (1792) y fallecido en Bogotá (1840). Cursó estudios de derecho y filosofía en esta última capitaL, los que dejó inconclusos para integrarse a la guerra de independencia de Colombia. Partidario del régimen federal, participó en la guerra civil que se libró contra las fuerzas centralistas, comandadas por Antonio Nariño (1813). Fue mas tarde uno de los principales jefes y organizadores de la campaña de resistencia contra la reconquista española, lucha que daría la libertad definitiva a Colombia (entonces Nueva Granada). Intervino en los combates de los Llanos Orientales y en las concluyentes batallas del Pantano de Vargas y de Boyacá (1819).

Liberado el país, fue nombrado vicepresidente de éste y luego desempeñó el mismo cargo por Cundinamarca. En 1821, en el Congreso de Cúcuta, se creó la Gran Colombia, que unía a la Nueva Granada y Venezuela, y Santander fue escogido por la vicepresidencia del nuevo estado. Allí se destacó como peromotor de la educación y fundó varias escuelas y universidades. Hacia 1827 comenzó su desvanecencia política con Bolívar y, una año después, se le sindicó de tomar parte en la conspiración llevada a cabo contra el Libertador, razón por la cual fue confinado durante ocho meses en Cartagena. De aquí pasó a Venezuela, de donde pudo salir hacia Europa. Luego de algunos años de exilio en el Viejo Continente regresó a su patria y fue elegido presidente de la república, cargo que ejerció de 1832 a 1837. Santander se destacó como emnente legsilador y ga sido llamado por ello el Hombre de las Leyes.

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